Drones e inmigración
Culturalbyts 2014-03-04
Nos informa de esta curiosa noticia sobre inmigración la empresa de legalización de documentos www.jdimmigration.es. A finales del año pasado, la Unión Europea anunciaba la puesta en marcha de un programa para blindar sus fronteras marítimas mediante el uso de drones. Estos aviones no tripulados sobrevolarían la costa con el objetivo de detectar embarcaciones ilegales, tanto relacionadas con el transporte de inmigrantes como con el tráfico de drogas o mercancías no autorizadas. Los sistemas actuales de radares y cámaras son capaces de rastrear hasta un límite de veinticuatro millas, mientras que los drones alcanzarían las doscientas. Además, los radares tienen dificultades para rastrear las embarcaciones muy pequeñas, algo que los drones podrían hacer sin problemas.
Drones de vigilancia
La primera parte de este proyecto comenzó a probarse el pasado mes de octubre en Almería, desde donde despegó un avión no tripulado que sobrevoló la costa durante dos horas. Si todo sale según lo previsto, los drones podrían empezar a funcionar de forma habitual en el 2016 realizando labores de detección antes incluso de que las embarcaciones salieran de su punto de partida. Sin embargo, antes de que el proyecto se complete, también es necesario superar algunos escollos. El primero es el de la propia legislación de la Unión Europea, que impide el vuelo de aviones no tripulados en su espacio aéreo. Según las autoridades comunitarias, este problema ya se está resolviendo para que los drones puedan volar legalmente, pero las dudas no acaban aquí. En primer lugar, existen importantes desventajas técnicas, como el hecho de que los drones puedan ser pirateados. Al funcionar mediante programas informáticos que transmiten información a una central, ese canal de información se puede piratear, como de hecho ya ha sucedido: en Irak y Afganistán, los insurgentes piratearon los drones del ejército americano mediante un programa doméstico que se puede descargar por solo veinticinco euros. Otra desventaja importante es el tiempo que se tarda en procesar la información. Desde que el dron recoge la información hasta que la transmite a la central, se procesa allí y se da la orden a una patrullera, transcurre un lapso de tiempo que puede ser suficiente para que la embarcación escape. Esto podría solucionarse mediante la introducción de sistemas de inteligencia artificial en propio avión, de forma que él mismo pudiese procesar la información. Sin embargo, estos sistemas no están perfeccionados del todo aún, por lo que no parecen seguros. A diferencia de los que se utilizan en los conflictos armados, los drones de vigilancia fronteriza no tendrían armas, pero aun así se corre el riesgo de que identifiquen como objetivo una embarcación que no lo es, emitiendo falsas alarmas a las patrulleras.
El programa de la Unión Europea tendrá que superar poco a poco estos escollos, pero las autoridades comunitarias parecen decididas a llevarlo a cabo. Al fin y al cabo se han invertido ya más de cuarenta y tres millones de euros en el proyecto, solo para la investigación tecnológica necesaria. Las pruebas con drones reales determinarán los problemas que hay que resolver para que finalmente se pongan en marcha a principios del 2016.