Historia del café y sus orígenes. Datos curiosos

Universo Abierto 2023-12-11

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo. En muchos hogares, el día comienza después de una buena taza de este elíxir. Del mismo modo, en las oficinas y diferentes lugares de trabajo, se acostumbra servir esta infusión a lo largo de la jornada.

Es usual acompañar los encuentros y paseos con una parada para tomar café, compartiendo con amigos momentos memorables.

¿Pero qué sabemos acerca de esta bebida exquisita? La historia del café está llena de curiosidades tan deliciosas como el mismo elíxir, y vale la pena disfrutarlas, con una taza bien caliente.

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Desde África hacia el resto del mundo

El camino del café comienza en Etiopía, específicamente en la provincia de Kaffa. Los historiadores asumen que pudo haber sido alrededor del siglo IX, aunque no se conoce la fecha exacta en que este grano comenzó a consumirse.

Para el siglo XV aparecieron plantaciones de cafeto en Yemen, la planta del café. Era desde el puerto de Moca, ubicado en esta región, desde dónde se comercializaban los granos.

Pero solo podían encontrarse en territorio árabe, ya que estos eran muy cautelosos al momento de comercializar las semillas de café, asegurándose de que estas no fueran fértiles, para así mantener el monopolio.

La Meca fue el primer lugar donde se popularizaron los negocios para beber café caliente. Estos “kaveh kanes”, como se llamaban, eran muy concurridos y pronto se convirtieron en espacios de socialización donde, incluso, se llegaron a celebrar reuniones de tinte político.

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Los holandeses logran obtener semillas

En el año 1616, Holanda logra obtener semillas fértiles y cultivar café. Sin embargo, requiere de invernaderos, ya que el clima en este país no es el ideal para el cafeto.

Es así como los holandeses deciden llevar sus cultivos de café hasta Asia y América. Para el siglo XVII se comienzan a ver plantas de cafeto en Indonesia y la India, al mismo tiempo que en Surinam (Guayana Holandesa) y Brasil. Ya en el siglo XVIII las colonias holandesas estaban entre las mayores proveedoras de café de Europa.

Los comerciantes de café

Mientras los árabes tenían el control de las plantas, los venecianos se ocuparon de llevar las semillas tostadas por toda Europa, haciendo popular esta bebida. En el año 1615 el café viajaba desde Turquía y en 1655 Londres inaugura su primera cafetería.

Para el año 1689 la ciudad de Boston es la primera en ver establecimientos donde las personas pueden degustar un buen café.

En España, el café llega de manos de los italianos y los borbones. Durante el siglo XVIII los locales de comida en Madrid comienzan a servir café como parte de sus menús. Hoy en día es inconcebible un buen desayuno sin una taza de café, negro o con leche.

El café viene de un árbol

Detrás de esa deliciosa taza de café caliente que tomamos en las mañanas, antes de empezar el día, hay un proceso que comienza con un pequeño árbol; el cafeto.

Este arbusto puede llegar a medir unos 10 metros de alto, aunque en los cultivos controlados, mantienen su estatura alrededor de los 3 metros de altura. Su tronco es recto y de sus ramas brotan unas frutas pequeñas y redondeadas, que, al principio son de color verde.

Al madurar, los frutos de café se tornan de color rojizo, o amarillo en algunos casos. En este momento, la piel y la carne pueden desprenderse con gran facilidad y es cuando se retiran y tuestan las semillas.

La leyenda del café

Una de las preguntas más frecuentes con respecto al origen del café es, precisamente, cómo se le ocurrió al hombre que podía tostarlo y beberlo como infusión.

Esta respuesta la encontramos en una leyenda de la tribu Kaldi, la cual cuenta que un pastor cuidaba sus cabras cuando observó que estas comían unos frutos rojos, similares a cerezas.

Los animales mostraban mayor energía tras consumir dicha fruta, lo cual llamó su atención. Su curiosidad fue tal, que decidió probar aquel alimento, descubriendo que, efectivamente, le hacían sentir más activo. Entonces, llevó los frutos de café a su aldea y allí compartió su descubrimiento.

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¿Y por qué tostado?

De la tribu del pastor enviaron algunos frutos de café al monasterio cercano, explicando a los monjes lo que habían descubierto. Los hombres decidieron cocinar y probar este nuevo descubrimiento de inmediato.

El brebaje resultó ser amargo y los monjes lanzaron los frutos restantes al fuego, donde comenzaron a tostarse. El aroma comenzó a inundar la estancia y pronto los caballeros quedaron encantados.

Rescataron las semillas tostadas de las brasas y decidieron preparar una nueva infusión. Desde ese momento, el café comenzó su historia, hasta convertirse en la bebida más servida en todo el mundo. Especialmente en invierno, cuando una bebida caliente ayuda a prevenir las enfermedades más comunes durante los meses fríos.

Las curiosidades del café

Después de conocer acerca de la historia del café, es fácil pensar que esta bebida cuenta también con un buen número de curiosidades interesantes, al igual que los misterios del trébol de cuatro hojas, que bien valen beberse otra tacita para continuar con la lectura.

Para empezar, si hablamos de la expansión del café en el mundo, encontraremos que es la segunda bebida más consumida, superada únicamente por el agua. También ocupa el segundo lugar como el producto legal que más promueve la economía, en este caso, el número uno es el petróleo.

No se sabe en qué momento exacto se comenzó a consumir café, pero para el siglo XV era una bebida altamente consumida entre los árabes. Y en el año 1700 Londres ya contaba con más de 2000 establecimientos de café.

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Amantes del café

Existieron muchas grandes personalidades de la historia que fueron amantes del café. Entre estos destacan Luis XIV, el Papa Clemente III y Beethoven.

Aunque en 1676 Carlos II tuvo miedo de las reuniones que se celebraban en las cafeterías, entre las cuales se encontraban grandes artistas e intelectuales de la época. Incluso, intentó cerrar varios establecimientos, por miedo a que incitaran movimientos políticos en su contra. Talvez consideró al café como una de las más antiguas pociones mágicas.

Por otro lado, el amor de Johan Sebastian Bach por el café lo llevó a componerle una cantata, la cual cantaba en los conciertos que solía dar en cafeterías, durante no menos de 10 años. ¿Acaso no es eso amor por el café?

La semilla, el fruto y el arbusto de café

El arbusto de café se llama cafeto, como ya hemos mencionado, y cada planta se toma alrededor de cuatro años para llegar a su máxima capacidad. Esta producción llega a ser de unos 500 gramos de café soluble al año, por cada cafeto.

Dentro de cada baya encontramos una semilla con dos granos, de los cuales se obtiene el café, una vez que estos son tostados. Ahora bien, existen dos especies de café que dominan la producción mundial; el café Arábiga, con el 65% y el café Robusta, que ocupa el 35%.

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Otras curiosidades del café

El nombre café significa “vigor” y proviene del vocablo árabe “kawe”. En algunos lugares, también se conoce a esta bebida por el nombre de “java”. Esto es porque cuando los holandeses lograron comenzar a cultivar la planta de cafeto, lo hicieron en la isla de Java.

El café es una infusión con muchos beneficios para nuestro organismo, y hay quien afirma que es bueno para bajar de peso. Para las mujeres, los días de menstruación pueden ser complicados, por eso recomiendan beber café, entre otras infusiones para evitar los dolores mentruales.

Otro dato interesante es que los residuos de café son un excelente abono, y se pueden utilizar tanto en grandes cultivos como en tus plantas caseras. Esto gracias a que contienen altos niveles de nitrógeno. Así que, la próxima vez que prepares café, recuerda utilizar los restos en la tierra de tus macetas. ¡Verás qué bien les sienta!